El envejecimiento de la piel es un proceso biológico y natural, que comienza alrededor de los 25 años de edad. Compuesto por la suma de factores intrínsecos y extrínsecos, el hecho de que una piel haya comenzado a envejecer no significa que muestre arrugas o flacidez, pues al comienzo los signos de envejecimiento no son visibles.

Los factores intrínsecos del envejecimiento cutáneo escapan a nuestro control, pero con los extrínsecos sí que puedes hacer cosas para evitar tener una cara arrugada que no se corresponda con tu edad biológica.

¿Por qué del envejecimiento de la piel?

Como decíamos, en el envejecimiento cutáneo entran en juego factores internos y externos.

Los factores internos o intrínsecos se relacionan con la edad biológica, la genética y cuestiones endocrinas. Los cambios hormonales propios del climaterio femenino tienen una marcada influencia en el aspecto y la estructura de la piel, hasta tal punto que una opción para tratar el envejecimiento prematuro es la terapia hormonal sustitutoria. Esta posibilidad resulta más complicada de lo que parece en un principio, porque existen contraindicaciones y efectos adversos peligrosos, pero también posee otras ventajas terapéuticas. Ante la duda, debes consultar a tu médico, para que te derive a los especialistas competentes.

Los factores externos o extrínsecos son responsables de cerca del 80 % del envejecimiento de la piel que se observa en una persona que no se ha cuidado nunca. No es posible reducir este 80 % del peor escenario a la nada, pero sí dividir su influencia entre 2, 3 o 5.

Desde un punto de vista estructural, la piel envejece porque se van produciendo cambios en sus tres capas: epidermis, dermis y capa subcutánea. Estos cambios, resumidos, consisten en una ralentización de la velocidad de regeneración, en la pérdida de fibras de colágeno y elastina en la dermis y en un descenso de la grasa de la capa subcutánea, en especial de algunas zonas del rostro. Menos fina, menos elástica y con un ritmo de recuperación cada vez más lento, la piel va perdiendo su hidratación natural a la vez que comienzan a marcarse las primeras arrugas, que no deben confundirse con las marcas de expresión normales que aparecen al gesticular (por ejemplo, los hoyuelos en las mejillas).

Consejos para evitar el envejecimiento prematuro de nuestra piel

Entendemos por envejecimiento prematuro el que muestra una piel envejecida antes de tiempo, que siempre es debido en casi su totalidad a factores externos, esos que puedes controlar.

Evita las exposiciones solares

El fotoenvejecimiento, causado por la exposición excesiva o sin protección a las radiaciones ultravioletas, es uno de los grandes factores que envejecen la piel, muy por encima de lo que influyan la edad o la genética. Y es uno de los aspectos más sencillos de controlar, ahora que conocemos bien los daños del sol cuando no nos protegemos como deberíamos.

Tal vez no sea tu caso, pero hay toda una generación de hombres y de mujeres cuya infancia transcurrió entre baños solares y lociones para la piel que apenas aportaban protección, cuando se pensaba que el bronceado de la piel era una protección natural suficiente si nos permitía exponernos sin eritemas solares. Esa generación no solo se encuentra con sustos en forma de lunares cambiantes, a veces falsas alarmas aunque otras no, sino que está observando cómo su piel no suele presentar el mismo aspecto que la de sus padres, salvo que estos trabajaran en el campo o todo el día bajo el sol.

No fumes

El tabaco es el otro gran causante del envejecimiento prematuro porque libera una cantidad tan grande de radicales libres que no hay cosmético o suplemento nutricional capaz de neutralizarlos. Antaño existía la figura del fumador pasivo, que debía inhalar humo a veces durante toda su jornada laboral, pero ahora los casos en los que respiramos el humo de otros son contados, por lo que este factor también está en tu mano.

Cuida la hidratación

Y por hidratación nos referimos tanto a la interna como a la externa. Recuerda que la cantidad de líquido que debes ingerir en un día debe compensar la que no aporten los alimentos y varía dependiendo de la zona geográfica donde vivas, de tu actividad física y horarios, incluso de tu masa corporal. Lo de los 8 vasos de agua es demasiado general y no suele tener en cuenta el agua de los alimentos.

Respecto a la hidratación externa de la piel, elige cosméticos adaptados a tus necesidades. Ampliaremos este punto un poco más adelante.

Duerme lo suficiente

La piel se regenera a mucha mayor velocidad mientras duermes, y es probable que lo hayas notado en tu rostro si has pasado temporadas con insomnio.

No basta con dormir las horas necesarias, que de nuevo no son las mismas para todo el mundo, sino que el descanso ha de ser de calidad. Si tienes problemas de sueño prueba técnicas de relajación antes de ir a la cama, suplementos sin receta médica, date un baño caliente antes de acostarte y, si nada de esto sirve, consulta con tu médico. La calidad del sueño no solo afecta a tu piel.

Sigue una dieta es equilibrada y rica en antioxidantes

Lo que siempre decimos pero con hincapié en los antioxidantes. En la oxidación de la respiración celular se forman los radicales libres, cosa inevitable, pero si tu dieta es rica en astaxantina, betacaroteno, resveratrol, ácidos grasos omega 3, vitaminas C y E y flavonoides en general, mitigarás buena parte de los efectos debidos a respirar.

Adapta tu rutina de cuidado facial a las necesidades de tu piel

Otro punto que vamos a tratar en el próximo apartado. Piensa que tu piel no te pide la misma cantidad de agua y de lípidos en invierno que en verano, y no digamos cómo cambian sus necesidades con el paso de los años. Aunque puedes ser fiel a tu crema hidratante si es completa y bien formulada, como sucede con nuestra crema hidratante, los sérums y las eventuales mascarillas faciales deben ir cambiando de vez en cuando.

Con el contorno de los ojos no hace falta tanto cambio si eliges un buen producto. Puedes usarlo de día y de noche a condición de aplicarte encima, por las mañanas, un protector solar adecuado para esta zona del rostro. Hablando de un producto para el día y para la noche y del contorno ocular, ¿has echado un ojo a la composición de nuestro contorno de ojos con efecto drenaje?

¿Cómo tratar nuestra piel para prevenir el envejecimiento?

Ahora nos adentramos en el mundo del skincare y la cosmética enfocada a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y retrasar lo más posible el que delata que, tal vez, algunos mentimos un poco sobre nuestra edad, aunque sea en ocasiones excepcionales.

Lo primero que debes tener en cuenta es la necesidad de tu piel de una limpieza efectiva pero respetuosa, mínimo cada noche y mejor si lo repites también en las mañanas. Existen mil formulaciones en el mercado para poder adaptarse a todos los tipos de piel y a las preferencias del usuario: limpiadores que se aclaran con agua, aceites, emulsiones, aguas micelares, mezclas no jabonosas, etcétera. Elige el que te guste y te vaya bien, pero si tras su uso notas la piel tirante o irritada, pásate a otro más suave. A largo plazo, el uso de limpiadores demasiado fuertes es causa de envejecimiento precoz de la piel, en especial si hablamos de la del rostro y de la del escote.

Tras la limpieza, llega el turno de la hidratación si es de día o de la nutrición si es de noche. Este paso es ineludible, aunque puedes hacerlo más sencillo con un producto apto para ambos usos como es la hidratante de Riscell, a condición de que no te olvides del filtro solar cada mañana. El contorno de ojos requiere sus propios hidratantes, que puedes aplicar si lo deseas en otra zona delicada del rostro: el contorno de los labios.

Si pasas de los 30, el mejor consejo que te podemos dar es hacerse fan incondicional de los sérums. Los sérums suelen aplicarse antes de la crema porque, por lo general, tienen una textura acuosa y de rápida absorción. Hay sérums hidratantes, regenerantes, antiarrugas, iluminadores…, y si no sabes cuál elegir, opta por un sérum multifunción. En Riscell ofrecemos dos para no andar con media docena de sérums intercambiables a lo largo del año. Aplica tu sérum con suaves toques de las yemas de los dedos durante uno o dos minutos aunque tu piel ya parezca haberlo absorbido, para facilitar que penetre mejor en la piel.

Por último, las mascarillas. Caseras o manufacturadas, con aclarado o sin ellas, una buena mascarilla aplicada una o dos veces por semana puede ayudar a que tu cutis se vea más terso y resplandeciente. Como sucede con el sérum, se trata de un cosmético que aporta mucho más que agua, pues para eso está la hidratante, a la que complementa.

 

Como verás, no es tan difícil lucir un cutis terso durante muchos años, a condición de ser un poco cuidadosos. La mayoría de cosas que debes vigilar mejoran tu salud en general y los cosméticos suelen ser productos que se formulan para que su uso sea un placer y no una tarea más.

Autor Riscell

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