El uso continuado de mascarillas puede producir irritación en la piel, incluso heridas. También es causa de acné, destacando los granitos alrededor de la boca.
Aunque hay pieles más sensibles que otras para presentar problemas, no es raro que el uso de EPI durante varias horas seguidas produzca molestias y daños más o menos importantes en las zonas de contacto. Pero no hay que olvidar que un EPI es un equipo de protección, en este caso individual, luego las mascarillas hay que usarlas, por nosotros y por los demás.
¿Estamos condenados por ello a sufrir granitos en la cara o las heridas que vemos a algunos miembros del personal sanitario? Salvo que debamos llevar mascarilla de manera ininterrumpida casi 24 horas al día y, a la vez, tengamos una piel particularmente delicada, no. Basta con modificar un poco nuestra rutina de cuidado de la piel para adaptarse a la nueva normalidad.
¿A qué se deben los granitos alrededor de la boca por el uso de mascarillas?
No todas las mascarillas son iguales. Habrás notado que con las ffp2 o los de tela que disponen de una zona para colocar un filtro ffp2 tu piel suda más que con las mascarillas quirúrgicas, que son las que deben renovarse cada 4 horas como mínimo. ¿Y qué zona es la que más suda ahora en verano, con la mascarilla puesta bajo un sol de justicia? La zona peribucal.
Al hecho de que vamos a acumular sudor y sebo alrededor de la boca si estamos muchas horas seguidas con la mascarilla puesta en plena ola de calor, hemos de sumarle el estrés, que empeora los cuadros de acné, de rosácea y de dermatitis seborreica.
Por si fuera poco, muchas veces nos colocamos mal la mascarilla. En lugar de asegurarnos de la correcta adherencia en la zona de los bordes y que la nariz y la boca no entren en contacto directo con el material, a veces llevamos la mascarilla tan ajustada que se nos pegan hasta los labios a ella. Otras veces elegimos mal la talla, en especial con algunos modelos de mascarillas de tela homologados, y nuestras facciones no encajan del todo con el diseño estándar de las mascarillas.
El resultado es que tenemos algo rozando de continuo la zona de la nariz y alrededores de la boca, junto con la barbilla. Si ya padeces de acné, el roce empeora el cuadro clínico, y lo mismo se puede asegurar con la irritación en la cara en el caso de pieles sensibles, reactivas, seborreicas o atópicas.
Y si, para colmo, nos maquillamos bajo la mascarilla, estaremos dificultando la correcta respiración de las células de la piel, no la de los pulmones. Al final es como si pasáramos varias horas al día con un maquillaje de efectos especiales: pocas pieles no se resienten, salvo que hagamos algo por ayudarlas.
¿Cómo prevenir la irritación y los granitos en la cara?
Si tu piel ya venía padeciendo problemas de acné o irritaciones antes del uso de las mascarillas y seguías un tratamiento prescrito por un dermatólogo, no lo abandones. Adopta, eso sí, la nueva rutina de cuidado facial, que es válida tanto para ti como para quienes se han encontrado con los granitos alrededor de la boca por sorpresa.
Colócate bien la mascarilla
Recuerda, no hay necesidad de ir con la boca rozando el material. Además, debes poner la mascarilla sobre una piel limpia e hidratada para disminuir, respectivamente, la formación de granitos y el roce excesivo que irrita la piel.
Utiliza limpiadores respetuosos, adaptados a tu tipo de piel
Este consejo es aplicable a cualquier rutina facial, pero tal vez no le habías hecho mucho caso por tener una piel sin problemas especiales. Es hora de cambiar tu limpiador jabonoso, no jabonoso, en aceite, en forma de emulsión, con aclarado o sin él, si es que no usabas algo suave antes.
Aplica Serum
Emplea un serum adaptado a tus necesidades específicas y, si estás usando ácidos o retinol, limítalos un tiempo porque suelen volver la piel más sensible. Para estos tiempos, el RC Skin Growth Factor Xtreme Regenerative Serum te ayuda a desensibilizar la piel.
Hidrata la piel mañana y noche con productos calmantes
A continuación, te recomendamos la crema RC Skin Growth Factor Hydrating Boost porque se ha formulado con mucho mimo, pensando en un producto de alta tolerancia y apto para todo tipo de piel.
Stick antifricción
Si tu piel es especialmente delicada, emplea un stick antifricción justo en las zonas de los bordes de la mascarilla, para evitar las llagas y las heridas. También puedes probar con una crema antirrozaduras, pero vigilando su composición, porque algunas empeoran los cuadros de acné.
No descuides el cuidado del contorno de tus ojos
Es más, mima mucho esta zona, dado que algunas mascarillas rozan sus bordes. ¿Has visto el contorno de ojos de Riscell? Es ligero pero a la vez muy regenerante, de nuevo adecuado para todo tipo de pieles, incluyendo las más sensibles.
Jamás te vayas a dormir sin tu rutina nocturna de limpieza, hidratación y nutrición
Si lo necesitas, puedes aplicarte una mascarilla calmante por la noche, en días alternos. Busca las que contienen principios activos como el aloe vera, el azuleno presente en plantas como la camomila, aceites esenciales de rosa o de lavanda o arcillas blanca o rosada. Huye de los peelings químicos y de las arcillas muy purificantes porque, aunque te puedan ayudar los primeros días, a la larga van a reducir las defensas naturales de tu piel.
Limpieza facial
Cuando llegues a casa y te quites la mascarilla, ya puedes realizar una limpieza facial con un producto suave para reducir el riesgo de que aparezcan esos molestos granitos. No importa la hora que sea, al usar limpiadores respetuosos puedes repetir la limpieza antes de acostarte sin que tu piel sufra por ello.
Si tu problema es la atopía o la psoriasis, refuerza tu piel con el serum regenerante de Riscell, con la proporción adecuada de factores de crecimiento epidérmico, y una vez absorbido, aplícate en las zonas más irritadas manteca de karité o algún ungüento para que desinflame más y, de paso, aproveches su acción emoliente, evitando que se lleguen a formar pequeñas costras de piel.
Si te aparecen unos granos aislados, puedes aplicar sobre ellos una gota de aceite de árbol de té puro o de aceite esencial de lavanda, siempre y cuando no estés embarazada ni en periodo de lactancia.
No descartes algunas mascarillas caseras
La miel puede ser el ingrediente estrella de tu gran aliado para calmar la piel y controlar los granitos y rozaduras, mientras que la simple limpieza con agua en la que hayas disuelto avena coloidal ayudará a calmar la sensación de tirantez y las rojeces en pocos minutos.
Intenta mantener la mente ocupada, para que la ansiedad no venga a sumarse a los problemas que ahora agreden a tu cutis. Un paseo, yoga, meditación o un hobby pueden hacer maravillas por tu piel, aunque no lo creas.
Y no descuides tu cuero cabelludo porque, aunque no lleva mascarillas, también puede verse afectado por el confinamiento y la ansiedad. No esperes al otoño para comenzar a cuidarlo y prevenir una caída más notable que otros años. Te recomendamos que realices dos o tres curas al año con el serum capilar Riscell, reforzado con un suplemento de vitaminas del grupo B y oligoelementos si tus analíticas indican que estás flojo en alguno de estos nutrientes.
Hablar de granos en la cara en medio de una pandemia mundial puede parecer frívolo, pero no hay que olvidar que los granos y las rozaduras que no revisten mucho problema para la mayoría de la gente pueden llegar a presentar complicaciones y septicemias en casos puntuales. Además, no es tan complicado mantenerlos a raya, solo hay que adaptar la rutina de cuidado facial, reforzando los productos respetuosos con las pieles más sensibles y los calmantes.